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Historia del ajedrez contada para niños (y padres curiosos)

¿Sabías que el ajedrez se juega desde hace más de 1.500 años? Es uno de los juegos más antiguos del mundo… y también uno de los más mágicos. Te contamos su historia como un cuento, para que tanto niños como padres puedan viajar juntos por el tiempo y el tablero.


Érase una vez en la India…

Mucho antes de que existieran las tablets, los relojes de ajedrez o los torneos escolares, en la India del siglo VI (¡hace quince siglos!) se jugaba a un juego llamado chaturanga.

Ese era el tatarabuelo del ajedrez actual. Tenía piezas parecidas: elefantes (que luego se convirtieron en alfiles), carros (torres), caballos, infantería (peones) y un rey. Se jugaba en un tablero de 8×8 y también era un juego de estrategia.


De la India a Persia, y de Persia al mundo

El chaturanga viajó a Persia (actual Irán), donde pasó a llamarse shatranj. Allí apareció la palabra que todos conocemos: “jaque mate”, que viene del persa «shah mat», y significa «el rey está atrapado».

Los árabes adoptaron este juego con entusiasmo y, cuando llegaron a la península ibérica en el siglo VIII, lo trajeron consigo. Así fue como el ajedrez entró en España y se empezó a extender por Europa.


Nace el ajedrez moderno… ¡en España!

Durante la Edad Media, el ajedrez se jugaba de forma distinta. Algunas piezas eran más lentas, como la dama, que apenas se movía una casilla en diagonal. Se parecía más a un consejero del rey que a la pieza poderosa que conocemos hoy.

Pero en España, hacia finales del siglo XV, ocurrió algo revolucionario: la dama se transformó en la pieza más fuerte del tablero.

Este cambio no fue casual. Coincidió con el auge de figuras femeninas poderosas en Europa, como Isabel la Católica, reina de Castilla, que gobernaba con firmeza y protagonismo. Se dice que esa nueva imagen de una mujer fuerte inspiró el cambio en las reglas del ajedrez: la dama pasó a moverse en todas direcciones y todas las casillas que quiera, como símbolo de su nuevo poder.

Este nuevo ajedrez fue tan distinto y tan emocionante, que recibió un nombre propio:

«Ajedrez de la dama rabiosa».

Así lo recogieron textos antiguos como el Scachs d’amor (un poema valenciano de 1475, considerado el primer documento que muestra el ajedrez con reglas modernas).

Desde entonces, la dama cambió el ritmo del juego. Lo volvió más dinámico, más táctico, más brillante. Y ese cambio, nacido en España, se fue extendiendo por toda Europa… y el mundo.


El ajedrez llega a América… ¡y al mundo entero!

Con los viajes y descubrimientos del siglo XV y XVI, el ajedrez cruzó el océano y llegó a América. A partir de ahí, se jugaba en casas, tabernas, cafés y salones. En el siglo XIX ya había torneos internacionales, y empezaron a surgir los grandes maestros.


Ajedrez en la era digital

Hoy en día, el ajedrez no solo se juega en tableros de madera. También puedes jugar online, en el móvil, con relojes digitales, y hasta contra ordenadores.

En 1997, una supercomputadora llamada Deep Blue le ganó al campeón del mundo Garry Kasparov. Desde entonces, el ajedrez ha vivido una revolución tecnológica.


Algunas curiosidades para pequeños curiosos

  • El ajedrez es considerado deporte en muchos países.
  • El primer campeón mundial fue Wilhelm Steinitz en 1886.
  • El actual campeón (a día de hoy, 2025) es el chino Ding Liren.
  • Hay partidas famosas que duraron solo 4 jugadas (como el jaque mate del pastor).
  • El número de partidas posibles en ajedrez es mayor que la cantidad de átomos en el universo.

¿Y por qué seguimos jugando ajedrez?

Porque es un juego que despierta la mente, enseña a pensar antes de actuar, y permite que niños y adultos jueguen de igual a igual. El ajedrez no pasa de moda, porque no es solo un juego: es una forma de aprender, de convivir y de divertirse en familia.

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